viernes, 27 de noviembre de 2009

MIGUEL GRAU


Mas allá de la Responsabilidad
Era el 5 de abril de 1879 cuando el presidente chileno Aníbal Pinto declaró la guerra al Perú motivado por su afán expansionista y por los recursos salitreros de Tarapacá. El Perú aceptó, equivocadamente, entrar en el conflicto confiado en la prosperidad del guano y el salitre; sin embargo, se encontraba en una grave crisis económica con una deuda externa que ascendía a 40 millones de libras esterlinas.
1.- La Responsabilidad destaca en medio de la adversidad
La guerra del Guano y el Salitre se inició con la campaña marítima, con el propósito de dominar los medios de comunicación que carecía la costa. Por ser un desierto, lo más estratégico era dominar el mar. La Escuadra Peruana no poseía embarcaciones modernas. Sus mejores barcos eran la fragata Independencia, de 2004 toneladas y el monitor Huáscar de 1100 toneladas; con un blindaje de 4 1/2 pulgadas cada uno que fueron adquiridas para el conflicto con España de 1866. A diferencia de la escuadra peruana, la chilena que tenia barcos modernos como los acorazados gemelos Blanco Encalada y Cochrane, con un blindaje de 9 pulgadas y 3650 toneladas cada uno, adquiridos en 1874. La Campaña Marítima se inició con el Combate de Chipana, 12 de abril, pero recién en el combate de Iquique, 21 de mayo, participaron el Huáscar y la Independencia frente a la Esmeralda y la Covadonga. El resultado del combate fue desfavorable para el Perú por la perdida de su mejor barco, la Independencia. Según el historiador chileno Gonzalo Bulnes, el significado del Combate de Iquique para Chile fue la reducción a la mitad del poder naval del Perú.
2.- La Responsabilidad multiplica las fuerzas
En estas circunstancias difíciles al Perú, cobró mayor importancia la participación del almirante del Huáscar, Miguel Grau Seminario. Él asumió con mucha responsabilidad detener el inicio de la Campaña Terrestre lográndolo hasta por 5 meses. El 23 de julio, el Huáscar y la Unión capturaron el transporte de guerra chileno Rímac ocasionando la renuncia, en Chile, del Gabinete Varas y del comandante en jefe de la escuadra Williams Rebolledo. Las correrías del Huáscar en los puertos chilenos causaron gran preocupación para Chile parecía que la guerra no era contra el Perú sino contra Miguel Grau. El Huáscar terminó desgastado y requería un mantenimiento urgente que no se le fue permitido por tener que cuidar la frontera peruana, a diferencia de la escuadra chilena que si recibió mantenimiento. Grau, en una oportunidad, fue homenajeado en el club Nacional donde señaló que todo lo que podía ofrecer en retribución a las manifestaciones abrumadoras es que si el Huáscar no regresaba triunfante al Callao tampoco iba regresar y así lo cumplió.
3.- La Responsabilidad forja una reputación
Jorge Basadre comenta que al final del Huáscar sucedió en el amanecer del 8 de Octubre. El Huáscar y la Unión se encontraban entre Mejillones y Antofagasta cuando fueron vistos por tres barcos chilenos: Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño quienes se dirigían de Sur a Norte. El Huáscar y la Unión los esquivaron como siempre lo hacían sin embargo en esta oportunidad aparecieron otros tres barcos chilenos: Cochrane, el O´Higgins y el Loa de Sur a Norte. El combate de Angamos se hizo inevitable siendo seis barcos chilenos contra el Huáscar y la Unión. Esta última se retiró empleando la mayor rapidez de su andar dejando al Huáscar a merced de los barcos chilenos.
Grau ordenó iniciar el combate disparándole al Cochrane causándole poco daño.
El propósito de Galvarino Riveros, comandante en jefe de la escuadra chilena, no era destruir al Huascar sino matar a Grau por esta razón los disparos de los blindados chilenos fueron dirigidos a la torre de control ocasionando su muerte instantánea con su ayudante Diego Ferré. Después, fue reemplazado en el mando por Elías Aguirre, José Melitón Rodríguez, Enrique Palacios, Manuel Melitón Carvajal hasta Pedro Garezón. Éste último ordenó abrir las válvulas del Huáscar con el propósito de inundar el buque y hundirlo. Revólver en mano, los marineros chilenos obligaron a los maquinistas de nacionalidad extranjera a cerrarlas. Bulnes señala que una curiosidad inmensa, febril, dominaba todo Chile por ver al Huáscar con bandera chilena. Las poblaciones de la costa que habían sido víctimas de sus correrías deseaban verlo y tocarlo.
El final del Huáscar significó el inicio a la Campaña Terrestre.
4.- Acciones responsables tienen consecuencias valiosas
A lo largo de la historia muchas personas han tenido que asumir grandes responsabilidades a pesar del costo que iban a pagar.
La Biblia ha registrado las palabras de Jesucristo a pocas horas de su muerte:
"Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú". Mateo 26:38-39
Miguel Grau a pocas horas del Combate de Angamos dijo lo siguiente: “Estoy muy triste, algo cuya causa ignoro, me tiene atormentado desde la mañana”.
Jesucristo tomo la decisión de morir en la cruz por nosotros para poder reconciliar al mundo con Dios. Él pudo evitar el sacrificio en la cruz pero su obediencia a su Padre y su amor para con nosotros lo llevó a cumplirlo.
De esta manera usted al creer en Jesucristo y recibirlo como su Señor y Salvador recibe el perdón de sus pecados, faltas cometidas contra Él, siendo convertido en hijo de Dios.

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