Después de mucho trámite burocrático, se concretó la entrevista. El doctor Pease se prestaba ir al médico, pero aun así aceptó recibirme amablemente me atendió y se interesó en mi vocación por la Historia.
El Doctor Pease fue un historiador por vocación que pese a terminar Derecho, fue convencido a ser Historiador por las clases del Doctor Raúl Porras Barrenechea. Desde joven se dedicó a la docencia con buenos resultados, llegando a enseñar en la Universidad de Lima, Católica y universidades extranjeras; llegando a ser director de la Biblioteca Nacional, ejecutando grandes innovaciones administrativas; y miembro de la Academia Nacional de Historia.
El doctor Pease se caso con la historiadora María Mould, con la que tuvo dos hijos. A continuación la última entrevista concedida:
1. ¿CÓMO NACIÓ SU VOCACIÓN POR LA HISTORIA?
Quería decirle que yo ingrese a la universidad Católica el año 58, sin una decisión clara de estudiar historia, aprendí aquí en la universidad la importancia que tenía la historia y la atracción desde la primera clase de Raúl Porras fue extraordinaria. En segundo lugar mi temprano ingreso al instituto Riva-Agüero donde había una extraordinaria biblioteca, la mejor biblioteca de la universidad en aquel momento y la existencia de un seminario de Historia, en el cual me inscribí, me vinculo inmediatamente al trabajo de investigación.
2. ¿POR QUÉ SE DEBE ESTUDIAR LA HISTORIA?
Para nadie es una cuestión inadvertida que la historia se vincula con la identidad, la identidad del país, la imagen que el país tiene de sí mismo, es la imagen que puede proyectar en la creación del futuro y es por esa razón que la enseñanza de Historia, específicamente en los medios escolares tiene una enorme importancia a pecar que desde los años 70 viene disminuyendo la cantidad de tiempo y calidad de historia que se enseña en el colegio. Estudiar la historia, es una forma decía Johan Huizinga, de rendirnos cuenta de nosotros mismos. Es una frase de Huizinga que decía que la historia es la forma como una cultura se rinde cuenta de sí misma. Entonces los hombres que vivimos dentro de ella nos rendimos cuenta a través de nuestra percepción de la historia. Y como la historia se ha transformado a lo largo de los siglos en la forma como las sociedades modernas se ven así mismas, el estudio de la historia esta muy cercano a la noción de identidad, lo que nosotros pensamos de nosotros mismos surge de nuestra experiencia histórica.
3. ¿POR QUÉ SE DEBE ESTUDIAR LA ETNOHISTORIA?
Vamos explicar un poquito lo que he dicho muchas veces. La etnohistoria fue una forma en la cual un grupo de investigadores básicamente en los años 60 abrimos un espacio. Un espacio que en ese momento, la mayor parte de los historiadores no concedía fácilmente, un espacio en el cual se estudiara la población andina a lo largo del tiempo, no solamente como algunos pensaron en el siglo XVI. En el mundo hispanoamericano la etnohistoria se formuló de una manera distinta a los Estados unidos. En los Estados Unidos nació de la antropología, en buena cuenta en México también, pero en los Andes surgió de la historia, de una preocupación por un mejor estudio de la historia de la población andina, al principio el interés de los historiadores que se ocupaban de los Andes era únicamente los Incas, en los años 60 esa preocupación se amplia, primero al siglo XVI, y posteriormente la etnohistoria en buena cuenta se transformó en una historia andina que permite la comprensión de la cultura andina en la conformación de la historia del Perú. Es imposible hacer una historia del Perú sin tener en cuenta la historia andina, a nadie le llama la atención hoy esa relación, pero en los años 60 todavía era una relación casi inmanejable, no se entendía la posibilidad de hacer historia, ente comillas, de sociedades sin escritura, y fueron los antropólogos lo que comenzaron a trabajar primero ese tema, en el caso de África fue notable el esfuerzo inicial de Jan Vansina y en los andes fue visible el trabajo diferente pero igualmente importante de John Rowe, John Murra entre los antropólogos norteamericanos que se ocuparon de los andes. Y de María Rostworoski entre nosotros, pero los esfuerzos que se conjugan en la década del 60 y diferentes personas nos aproximamos al estudio de la historia andina, bajo esa especie de paraguas protector de algo distinto que era lo que llamo etnohistoria, hoy día la gente entiende que se puede hablar de historia andina sin problemas.
El Doctor Pease fue un historiador por vocación que pese a terminar Derecho, fue convencido a ser Historiador por las clases del Doctor Raúl Porras Barrenechea. Desde joven se dedicó a la docencia con buenos resultados, llegando a enseñar en la Universidad de Lima, Católica y universidades extranjeras; llegando a ser director de la Biblioteca Nacional, ejecutando grandes innovaciones administrativas; y miembro de la Academia Nacional de Historia.
El doctor Pease se caso con la historiadora María Mould, con la que tuvo dos hijos. A continuación la última entrevista concedida:
1. ¿CÓMO NACIÓ SU VOCACIÓN POR LA HISTORIA?
Quería decirle que yo ingrese a la universidad Católica el año 58, sin una decisión clara de estudiar historia, aprendí aquí en la universidad la importancia que tenía la historia y la atracción desde la primera clase de Raúl Porras fue extraordinaria. En segundo lugar mi temprano ingreso al instituto Riva-Agüero donde había una extraordinaria biblioteca, la mejor biblioteca de la universidad en aquel momento y la existencia de un seminario de Historia, en el cual me inscribí, me vinculo inmediatamente al trabajo de investigación.
2. ¿POR QUÉ SE DEBE ESTUDIAR LA HISTORIA?
Para nadie es una cuestión inadvertida que la historia se vincula con la identidad, la identidad del país, la imagen que el país tiene de sí mismo, es la imagen que puede proyectar en la creación del futuro y es por esa razón que la enseñanza de Historia, específicamente en los medios escolares tiene una enorme importancia a pecar que desde los años 70 viene disminuyendo la cantidad de tiempo y calidad de historia que se enseña en el colegio. Estudiar la historia, es una forma decía Johan Huizinga, de rendirnos cuenta de nosotros mismos. Es una frase de Huizinga que decía que la historia es la forma como una cultura se rinde cuenta de sí misma. Entonces los hombres que vivimos dentro de ella nos rendimos cuenta a través de nuestra percepción de la historia. Y como la historia se ha transformado a lo largo de los siglos en la forma como las sociedades modernas se ven así mismas, el estudio de la historia esta muy cercano a la noción de identidad, lo que nosotros pensamos de nosotros mismos surge de nuestra experiencia histórica.
3. ¿POR QUÉ SE DEBE ESTUDIAR LA ETNOHISTORIA?
Vamos explicar un poquito lo que he dicho muchas veces. La etnohistoria fue una forma en la cual un grupo de investigadores básicamente en los años 60 abrimos un espacio. Un espacio que en ese momento, la mayor parte de los historiadores no concedía fácilmente, un espacio en el cual se estudiara la población andina a lo largo del tiempo, no solamente como algunos pensaron en el siglo XVI. En el mundo hispanoamericano la etnohistoria se formuló de una manera distinta a los Estados unidos. En los Estados Unidos nació de la antropología, en buena cuenta en México también, pero en los Andes surgió de la historia, de una preocupación por un mejor estudio de la historia de la población andina, al principio el interés de los historiadores que se ocupaban de los Andes era únicamente los Incas, en los años 60 esa preocupación se amplia, primero al siglo XVI, y posteriormente la etnohistoria en buena cuenta se transformó en una historia andina que permite la comprensión de la cultura andina en la conformación de la historia del Perú. Es imposible hacer una historia del Perú sin tener en cuenta la historia andina, a nadie le llama la atención hoy esa relación, pero en los años 60 todavía era una relación casi inmanejable, no se entendía la posibilidad de hacer historia, ente comillas, de sociedades sin escritura, y fueron los antropólogos lo que comenzaron a trabajar primero ese tema, en el caso de África fue notable el esfuerzo inicial de Jan Vansina y en los andes fue visible el trabajo diferente pero igualmente importante de John Rowe, John Murra entre los antropólogos norteamericanos que se ocuparon de los andes. Y de María Rostworoski entre nosotros, pero los esfuerzos que se conjugan en la década del 60 y diferentes personas nos aproximamos al estudio de la historia andina, bajo esa especie de paraguas protector de algo distinto que era lo que llamo etnohistoria, hoy día la gente entiende que se puede hablar de historia andina sin problemas.
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