martes, 28 de agosto de 2007

El Defensor de los Indios

En el siglo XVI, España se encontraba en su apogeo económico y político por la cantidad de colonias que poseía como Sicilia, Cerdeña, América, Franco Condado, Nápoles, Milán, los Paises Bajos, Portugal y Filipinas en los reinados de Carlos I y Felipe II de la dinastía Austriaca o Habsburgo. España baso su economía en el mercantilismo es decir en la extracción de metales preciosos convirtiéndose así en la primera potencia mundial. En el siglo XVI por la conquista, los españoles recibieron encomiendas americanas que eran indígenas para usufructuar su fuerza laboral a diferencia de las encomiendas europeas que consistía en la entrega de tierras. Porque al Rey de España le pertenecía todas las tierras descubiertas por sus súbditos en América. Los encomenderos explotaron a los indígenas cruelmente ocasionando el exterminio de gran parte de su población. Los obligaban a traer minerales y cuando no tenían estos fueron ejecutados.Mataban a los indios, niños y abusaban de las indígenas hasta criaban perros de raza mastín y dogo que habían sido acostumbrados a comer carne de indios.Según los españoles, los indígenas les debían la vida a los encomenderos porque ellos los hicieron cristianos por medio del sacramento del bautismo.Por esta razón le entregaban un tributo. Algunos sacerdotes se dieron cuenta de la crueldad que se cometía a los indígenas, entre ellos se encontraba el sacerdote Antonio de Montesinos que denunció los abusos de los encomenderos. Sus predicas ocasionaron que algunos encomenderos reconocieran estos abusos entre ellos Bartolomé de las Casas. Por esta razón De las Casas se convirtió en fraile dominico. Él llego a ser obispo de Chiapas pero al entender que su labor era proteger a los indios de los abusos de los encomenderos se constituyó en su principal defensor. Se dedicó a reunir pruebas viajando de América a España para acusar a los encomenderos. Raúl Porras Barrenechea señala que fray Bartolomé se fue a España a pelear en la plaza pública y en los púlpitos, a gritar en los Consejos del emperador, a buscar la acústica sonora de los concilios y de las justas académicas. De las Casas tuvo que debatir teológicamente con Juan Gines de Sepúlveda quien sostenía que los indígenas habían nacido para ser esclavos como lo planteó en su Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios. Defendió a los indios pero dejó de lado a la raza negra por esta razón solicitó la llegada de más africanos para que reemplacen a los indígenas en el trabajo. No le dio importancia a las crueles prácticas de los indígenas, los sacrificios humanos, que inclusive justificaba. Hasta llego a considerar que tenían el conocimiento del Dios verdadero. De las Casas como cronista escribió la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, la Historia de las Indias y Apologética Historia Sumaria. Su primera obra fue traducida a todos los idiomas y divulgada por los enemigos y envidiosos del poderío español de los siglos XVI y XVII. El mayor logró conseguido por su defensa fue cuando el Rey Carlos I de España o Carlos V de Alemania terminó aceptando la
tesis lascaciana que era decretar la humanidad de los indios cuando promulga las Leyes Nuevas en 1542. Estas establecieron las encomiendas por una vida es decir que al morir el encomendero perdía sus indígenas limitando su autoridad.
Esto ocasionó la rebelión de los encomenderos liderados por Gonzalo Pizarro y Francisco Hernández Girón al considerar que sus descendencias quedarían en la pobreza. Por las Leyes Nuevas, los indígenas fueron considerados vasallos del Rey pero en la condición de menores de edad, por esta razón siguieron siendo explotados, y al ser considerados los indígenas siervos tuvieron que tributar al Rey de España. Los encomenderos después de las Leyes Nuevas desaparecieron paulatinamente. Según Porras, España sometió su propia obra de colonización, y aún sus propios títulos de dominación a las Indias, al más riguroso examen de conciencia que registra la historia y esta fue la de Bartolomé de las Casas. Afirma que el dolor auténtico que las Casas recogió de las encomiendas, de los obrajes y las minas, impuso su sello nobilísimo a su obra, por encima de las exageraciones y falsedades de sus informantes, de las repeticiones y citas interminables propias del estilo de fray Bartolomé.A lo largo de la Historia han existido esclavos y explotadores. Sin embargo todos somos esclavos del pecado como lo describe la Biblia:
"¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida eterna”.Romanos 6:16,22.
La única manera de liberarnos de la esclavitud del pecado es al obtener el perdón de nuestras faltas a Dios y ser hechos sus hijos cuando le entregamos nuestra vida a Jesucrsto al recibirlo como nuestro Señor y Salvador.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Que impresión causa esto!, que triste, y que abuso, tanta gente explotada , la crueldad y la tiranía por decirlo así, lo que yo aún me pregunto, es que por qué nadie hizo algo, en este caso los indígenas, tanto tiempo estando así, esclavizados por esta gente, por qué tanto tiempo? estar sometidos a algo en contra de uno, tratando de sobrevivir cada día, y esto es, si es que llegan a pasar el día. Hay tantas preguntas, y de nuevo vuelvo decir , que triste. Profe, me ha aclarado muchas dudas, está bonito , interesante y completo, ojalá siga escribiendo.

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