La Comisión de la Verdad fue instalada en el gobierno de Valentín Paniagua en el 2001 con el propósito de investigar los delitos contra la humanidad ocurridos entre mayo de 1980 y noviembre del 2000 siendo presidida por Salomón Lerner. En el gobierno de Alejandro Toledo se le añadió el nombre de Reconciliación. El informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) fue presentado el 31 de agosto del 2003, planteando que la violencia fue generada principalmente por el terrorismo y los agentes del Estado. La CVR ha estimado que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69280 personas constituyéndose en el conflicto armado interno de mayor duración, el de impacto más extenso sobre el territorio nacional y el de más elevados costos humanos y económicos de toda la historia de la Republica, superando en pérdidas humanas a la guerra de la Independencia y a la guerra con Chile del siglo XIX. La CVR ha constatado que existió una notoria relación entre situación de pobreza y exclusión social, y probabilidad de ser víctima de la violencia. En el departamento de Ayacucho se concentró más del 40% de muertos y desaparecidos reportados a la CVR. La CVR ha constatado que la población campesina fue la principal víctima de la violencia. De la totalidad de las víctimas reportadas, el 79% vivía en zonas rurales y el 56% se ocupaba en actividades agropecuarias. La CVR ha comprobado que, en términos relativos, los muertos y desaparecidos tenian grados de instrucción muy inferiores al promedio nacional. El 68% de las víctimas se encontraba en un nivel educativo inferior a la educación secundaria. La CVR, para abordar el intervalo de violencia de 20 años y 6 meses, organizó el proceso en cinco etapas delimitadas por puntos de inflexión producidos por decisiones políticas o acontecimientos del conflicto mismo de trascendencia nacional:
1. El inicio de la violencia armada (mayo de 1980-diciembre de 1982): Comprende desde el primer acto de violencia cometido por el Partido Comunista del Perú (PCP-SL) en Chuschi, Cangallo, hasta la disposición presidencial que estableció el ingreso de las Fuerzas Armadas en la lucha contrasubversiva en Ayacucho.
2. La militarización del conflicto (enero de 1983-junio de 1986): Abarca hasta la matanza de los penales.
3. El despliegue nacional de la violencia (junio de 1986-marzo de 1989): Comprende hasta el ataque senderista, con el apoyo de narcotraficantes, al puesto policial de Uchiza en el departamento de San Martin.
4. La crisis extrema, ofensiva subversiva y contraofensiva (marzo de 1989-septiembre de 1992): Se extiende hasta la captura en Lima de Abimael Guzmán Reinoso y de los principales dirigentes por parte del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia).
5. El declive de la acción subversiva, autoritarismo y corrupción (septiembre de 1992-noviembre de 2000): Abarca hasta el abandono del país del ingeniero Alberto Fujimori.
El año más violento fue el año de 1984 y el periodo de gobierno que presentó más violencia fue el de Alan García Pérez (1985-1990). La CVR encontró en la prédica senderista el planteamiento que los derechos humanos eran construcciones ideológicas al servicio del orden social existente y que por lo tanto, no tenían ningún valor para orientar sus acciones. El PCP-SL sostiene que toda consideración humanitaria debía ceder ante la exigencia de tomar el poder para los sectores sociales oprimidos, a quienes decía representar. Todos los sectores del país fueron afectados de alguna manera por la violencia de estos años entre ellos la Iglesia Evangélica. El Terrorismo y las Fuerzas Armadas cometieron delitos contra los evangélicos sin comprender su reacción ante la violencia. No entendieron por qué no respondían a la violencia con violencia. Ellos enseñan amar al prójimo a pesar que fueron 529 los evangélicos asesinados por los terroristas y por las FF.AA en los períodos 83-84 y 88-91, en Ayacucho y Huancavelica solamente, sin contar con las víctimas de otros lugares del país.
Humberto Lay, ex comisionado de la CVR, sostiene que en un sector importante de peruanos existe mucho resentimiento contra el Estado, contra la sociedad. Se sienten profundamente vejados. Hay odios, separaciones entre las mismas comunidades, hay mucho dolor y amargura. Señala que las audiencias de la CVR no reabrieron heridas, las heridas han estado abiertas por mucho tiempo. A lo largo de la Historia se ha registrado mucha violencia entre las personas debido a la falta de amor en sus vidas. No importándoles la dignidad ni la vida de la gente. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué valor tiene la vida humana? La Biblia tiene la respuesta:
"De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna". Juan 3:16
Para Dios la vida humana tiene un inmenso valor, pues tuvo que morir su único hijo Jesucristo en la cruz por nuestros pecados para que toda persona al recibirlo como su Señor y Salvador logre sanar todo resentimiento, dolor y amargura con la paz y amor de Dios obteniéndose la reconciliación de los peruanos.
1. El inicio de la violencia armada (mayo de 1980-diciembre de 1982): Comprende desde el primer acto de violencia cometido por el Partido Comunista del Perú (PCP-SL) en Chuschi, Cangallo, hasta la disposición presidencial que estableció el ingreso de las Fuerzas Armadas en la lucha contrasubversiva en Ayacucho.
2. La militarización del conflicto (enero de 1983-junio de 1986): Abarca hasta la matanza de los penales.
3. El despliegue nacional de la violencia (junio de 1986-marzo de 1989): Comprende hasta el ataque senderista, con el apoyo de narcotraficantes, al puesto policial de Uchiza en el departamento de San Martin.
4. La crisis extrema, ofensiva subversiva y contraofensiva (marzo de 1989-septiembre de 1992): Se extiende hasta la captura en Lima de Abimael Guzmán Reinoso y de los principales dirigentes por parte del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia).
5. El declive de la acción subversiva, autoritarismo y corrupción (septiembre de 1992-noviembre de 2000): Abarca hasta el abandono del país del ingeniero Alberto Fujimori.
El año más violento fue el año de 1984 y el periodo de gobierno que presentó más violencia fue el de Alan García Pérez (1985-1990). La CVR encontró en la prédica senderista el planteamiento que los derechos humanos eran construcciones ideológicas al servicio del orden social existente y que por lo tanto, no tenían ningún valor para orientar sus acciones. El PCP-SL sostiene que toda consideración humanitaria debía ceder ante la exigencia de tomar el poder para los sectores sociales oprimidos, a quienes decía representar. Todos los sectores del país fueron afectados de alguna manera por la violencia de estos años entre ellos la Iglesia Evangélica. El Terrorismo y las Fuerzas Armadas cometieron delitos contra los evangélicos sin comprender su reacción ante la violencia. No entendieron por qué no respondían a la violencia con violencia. Ellos enseñan amar al prójimo a pesar que fueron 529 los evangélicos asesinados por los terroristas y por las FF.AA en los períodos 83-84 y 88-91, en Ayacucho y Huancavelica solamente, sin contar con las víctimas de otros lugares del país.
Humberto Lay, ex comisionado de la CVR, sostiene que en un sector importante de peruanos existe mucho resentimiento contra el Estado, contra la sociedad. Se sienten profundamente vejados. Hay odios, separaciones entre las mismas comunidades, hay mucho dolor y amargura. Señala que las audiencias de la CVR no reabrieron heridas, las heridas han estado abiertas por mucho tiempo. A lo largo de la Historia se ha registrado mucha violencia entre las personas debido a la falta de amor en sus vidas. No importándoles la dignidad ni la vida de la gente. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué valor tiene la vida humana? La Biblia tiene la respuesta:
"De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna". Juan 3:16
Para Dios la vida humana tiene un inmenso valor, pues tuvo que morir su único hijo Jesucristo en la cruz por nuestros pecados para que toda persona al recibirlo como su Señor y Salvador logre sanar todo resentimiento, dolor y amargura con la paz y amor de Dios obteniéndose la reconciliación de los peruanos.
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