En el valle de Lambayeque, durante el siglo III de nuestra era se desarrollo la cultura Mochica en el periodo del Intermedio Temprano cuando se consolidaron las sociedades teocráticas militaristas. Los moches se encontraban afectados por el fallecimiento del Señor de Sipán quien había sido el Siec o Señor de la cúspide del poder local con una triple autoridad: militar,religiosa y civil de Lambayeque, venerado por su pueblo como un ser semidivino. Según Walter Alva, descubridor de la tumba del Señor de Sipán en 1987, los mochicas creían que al morir una persona en el mundo de los muertos seguiría ejerciendio sus cargos y funciones que había desempeñado en vida. Por esta razón el Señor de Sipán fue sepultado a la usanza Moche, en posición extendida con sus bienes de mando, de rango y de culto que había usado.
Fue enterrado en una caja de algarrobo, amarrado con cintas metálicas, acompañado de su entorno inmediato con el rango y funciones especificas en vida que parecen indicar los ornamentos de ocho personas: tres mujeres jóvenes, dos hombres hacia ambos lados, un niño, un soldado guardián y un vigia; quienes decidieron voluntariamente ser sacrificados para ser sepultados con Él. La mayoria con los pies amputados, lo cual simbolizaba su obligación de permanecer para siempre con su Siec. El niño fue enterrado como un augurio del inicio de otra vida. Además fueron enterrados dos llamas y un perro; este último le habia guiado en la caza y ahora le ayudaría llegar al Siec llegar a su destino.
Alva ha registrado aproximadamente 451 objetos unitarios o conjuntos entre ornamentos, tocados, vestimentas y ofrendas que cubrían y subyacían a los restos óseos de la tumba. El cuerpo del Siec fue encontrado con dirección de Sur a Norte. El lado derecho se asociaba al naciente y el izquierdo al poniente, recordándonos que en muchas referencias de crónicas y mitos sobre el antiguo Perú, el oro se vinculaba al Sol (lado derecho) y la plata a la Luna (lado izquierdo). Por eso sus ornamentos muestran la dualidad que existía en Mochica y el Perú Prehispánico, objetos de oro y su duplicado en plata como los pectorales, collares, brazaletes, protectores coxales y cetros. Los cuales manifestaban la autoridad divina y la responsabilidad del Siec para mantener el equilibrio del mundo con sus fuerzas opuestas pero complementarias como el bien y el mal.
Según Alva, de todos los objetos encontrados, la orejera del Señor de Sipan es el mejor exponente de orfebreria Mochica conocido. Un ornamento de 92mm de diámetro, bordeado de pequeñas esferas soldadas que lleva al centro la representacion de un jefe guerrero Mochica escoltado con dos guerreros trabajados con decenas de piezas de oro y turquesa como una escultura tridimensional. Considera que el cetro-cuchillo de oro fue el más importante emblema de rango del Siec donde se encuentra esculpida la escena del "suplicio del prisionero" mostrándonos la severidad en el trato que les daba a sus enemigos.
Alva ha contabilizado alrededor de 209 piezas de cerámicas que podrían representar individuos y personajes sobre las cuales el Siec mantenía poder de vasallaje y mando, incluyendo un probable reflejo cuantitativo. El Señor de Sipán fue enterrado en Huaca Rajada, construcciones piramidales truncas de adobes, ubicado en la región de Lambayeque. Actualmente es considerado una tumba real como la de Micenas,Tutankamon, Ur, Xian y la del gran soberano Maya, Pacal.
A lo largo de la Historia cada cultura ha presentado diferentes formas de sepulturas segun su religión. En el siglo I de nuestra era en el Cercano Oriente, en la ciudad de Jerusalén se realizo otra sepultura real esta vez a la usanza Judia como lo describe el siguiente pasaje de la Biblia:
"También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, segun es costumbre sepultar entre los judíos. Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no habia sido puesto ninguno. Alli, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y por aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús". Juan 19:39-42.
La muerte de Jesús de Nazareth, el Rey de Reyes, significó para sus siervos una gran perdida. Sin embargo el Hijo de Dios obedeció la voluntad de su Padre la cual implicaba que la muerte en la cruz de un justo era la unica forma de salvar la humanidad de sus pecados, faltas contra Dios, y de sus consecuencias que nos separan de Él. Su muerte significó el pago del pecado de la humanidad en su cuerpo porque la paga del pecado es la muerte o la vida eterna sin Dios. En su tumba no se ha encontrado riquezas pero su sepulcro vacío anuncia su resurrección y el perdón del pecado de toda la humanidad estableciendo la salvación o la paz con Dios para todo aquel que le entregue su vida y lo reciba como su Señor y Salvador.
Fue enterrado en una caja de algarrobo, amarrado con cintas metálicas, acompañado de su entorno inmediato con el rango y funciones especificas en vida que parecen indicar los ornamentos de ocho personas: tres mujeres jóvenes, dos hombres hacia ambos lados, un niño, un soldado guardián y un vigia; quienes decidieron voluntariamente ser sacrificados para ser sepultados con Él. La mayoria con los pies amputados, lo cual simbolizaba su obligación de permanecer para siempre con su Siec. El niño fue enterrado como un augurio del inicio de otra vida. Además fueron enterrados dos llamas y un perro; este último le habia guiado en la caza y ahora le ayudaría llegar al Siec llegar a su destino.
Alva ha registrado aproximadamente 451 objetos unitarios o conjuntos entre ornamentos, tocados, vestimentas y ofrendas que cubrían y subyacían a los restos óseos de la tumba. El cuerpo del Siec fue encontrado con dirección de Sur a Norte. El lado derecho se asociaba al naciente y el izquierdo al poniente, recordándonos que en muchas referencias de crónicas y mitos sobre el antiguo Perú, el oro se vinculaba al Sol (lado derecho) y la plata a la Luna (lado izquierdo). Por eso sus ornamentos muestran la dualidad que existía en Mochica y el Perú Prehispánico, objetos de oro y su duplicado en plata como los pectorales, collares, brazaletes, protectores coxales y cetros. Los cuales manifestaban la autoridad divina y la responsabilidad del Siec para mantener el equilibrio del mundo con sus fuerzas opuestas pero complementarias como el bien y el mal.
Según Alva, de todos los objetos encontrados, la orejera del Señor de Sipan es el mejor exponente de orfebreria Mochica conocido. Un ornamento de 92mm de diámetro, bordeado de pequeñas esferas soldadas que lleva al centro la representacion de un jefe guerrero Mochica escoltado con dos guerreros trabajados con decenas de piezas de oro y turquesa como una escultura tridimensional. Considera que el cetro-cuchillo de oro fue el más importante emblema de rango del Siec donde se encuentra esculpida la escena del "suplicio del prisionero" mostrándonos la severidad en el trato que les daba a sus enemigos.
Alva ha contabilizado alrededor de 209 piezas de cerámicas que podrían representar individuos y personajes sobre las cuales el Siec mantenía poder de vasallaje y mando, incluyendo un probable reflejo cuantitativo. El Señor de Sipán fue enterrado en Huaca Rajada, construcciones piramidales truncas de adobes, ubicado en la región de Lambayeque. Actualmente es considerado una tumba real como la de Micenas,Tutankamon, Ur, Xian y la del gran soberano Maya, Pacal.
A lo largo de la Historia cada cultura ha presentado diferentes formas de sepulturas segun su religión. En el siglo I de nuestra era en el Cercano Oriente, en la ciudad de Jerusalén se realizo otra sepultura real esta vez a la usanza Judia como lo describe el siguiente pasaje de la Biblia:
"También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, segun es costumbre sepultar entre los judíos. Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no habia sido puesto ninguno. Alli, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y por aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús". Juan 19:39-42.
La muerte de Jesús de Nazareth, el Rey de Reyes, significó para sus siervos una gran perdida. Sin embargo el Hijo de Dios obedeció la voluntad de su Padre la cual implicaba que la muerte en la cruz de un justo era la unica forma de salvar la humanidad de sus pecados, faltas contra Dios, y de sus consecuencias que nos separan de Él. Su muerte significó el pago del pecado de la humanidad en su cuerpo porque la paga del pecado es la muerte o la vida eterna sin Dios. En su tumba no se ha encontrado riquezas pero su sepulcro vacío anuncia su resurrección y el perdón del pecado de toda la humanidad estableciendo la salvación o la paz con Dios para todo aquel que le entregue su vida y lo reciba como su Señor y Salvador.
1 comentario:
Hola profe, aquí dando una visita a su página y me ha gustado su artículo, porque me hizo acordar cuando fui allá a ver el museo,aunque estuve sólo un día, vi tantos objetos, parece increíble que aún persistan.Y también es interesante cuando lo asocia con la religión, tiene razón cuando dice que no se han encontrado riquezas en su tumba, pero es la prueba del anuncio de su resurrección y el perdón, Él nos ha dado una promesa y un juramento, mire a qué extremo lo hemos hecho llegar, el de jurar. ÉL va a venir, sólo tenemos que creer, lo felicito profe, ojalá siga escribiendo.
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